Richard Mille RM 52-05 Tourbillon Pharrell Williams
El famoso y premiado cantante y productor norteamericano Pharrell Williams siempre ha mostrado su predilección por los relojes de Richard Mille, mostrando modelos de la marca en multiples ocasiones. Richard Mille ha decidido colaborar con él y crear un modelo con su nombre en edición limitada.
Cuando decidieron conjuntamente que haría de este modelo algo especial, Pharrell Williams recordó su infancia y que siempre le había fascinado mirar al cielo. Según él: “¿Qué podría ser más inspirador que todo lo que siempre fue y todo lo que nunca será? Espacio, ante tus ojos. Es tuyo para ver. Estaba aquí antes de la Tierra, antes de este Sistema Solar. Estará aquí después de nosotros y nada es más significativo que eso. Cuando miro al cielo, miro a Dios. Me siento parte de tantas partes diferentes de un todo. Este es el Alfa y el Omega.”
La Tierra vista desde Marte debería estar representada en la esfera del reloj. Un reflejo distante y hermoso atrapado en el casco de un astronauta.
Pero, ¿cómo capturar esta inmensidad dentro de los confines de una esfera de reloj? El RM 52-05 se enfrentaba a ese desafío artístico y técnico con el tipo de ideas innovadoras que los amantes de la marca esperan de Richard Mille. Materiales de alta tecnología miniaturizados utilizando tecnología de vanguardia y perfeccionados por la asociación de un grabador, un esmaltador y un pintor.
En el nuevo Calibre RM 52-05 de carga manual con Tourbillon la pletina está realizada en titanio de grado 5 a través del cual es posible observar los puentes elaborados en el mismo material y esqueletados para evocar las plataformas de lanzamiento de cohetes. Cuenta con inserciones en Aventurina que evocan el espacio exterior y los confines del universo con todas sus estrellas. Este movimiento que late a 21.600 alternancias/hora ofrece horas y minutos centrales únicamente y una resera de marcha de unas 42 horas.
El volante de inercia variable garantiza una mayor fiabilidad en caso de golpes y fuertes vibraciones así como durante el montaje y el desmontaje del movimiento. Además a largo plazo, mejora la precisión del movimiento.
La caja, con unas medidas de 49,94x42,35x16,15, está realizada en Cermet marrón. Es una aleación de circonio combinada con refuerzos de cerámica de alto rendimiento y que le confieren el inédito color marrón. Su dureza de 1.200 HV, equivalente a la cerámica, lo hacen ideal para su uso en el bisel y en el fondo de caja del reloj, zonas muy expuestas a los arañazos, al tiempo que preservan la ligereza del conjunto. Estos dos elementos se fijan sobre una carrura de carbono TPT®, que contribuyen a su vez a la disminución del peso total de la caja y por tanto del reloj.
La caja de tres partes es estanca hasta 30 metros gracias a dos anillos tóricos de nitrilo que se han ensamblado mediante 24 tornillos Spline de titanio grado 5 y mediante arandelas de acero inoxidable resistentes al desgaste.
En su esfera, el casco del astronauta está tallado en titanio de grado 5, pintado a mano con pintura indestructible para insinuar la atemporalidad omnipresente en el espacio. En cuanto al Planeta Rojo en sí, sólo el oro rojo podría dar vida a sus inconfundibles tonos. Para ello fue necesario lograr múltiples cambios de color en el esmalte. A diferencia de los esmaltes tradicionales de “Grand Feu”, obtenidos mediante la adición de diferentes pigmentos, los degradados de naranja a rojo y azul a negro se hicieron superponiendo capas y aumentando el número horneados a 850 grados.
En el casco, a ambos lados, encontramos dos elementos rectangulares de oro blanco que contienen un zafiro negro y dos diamantes y que evocan los reflectores que iluminan nuestro entorno inmediato.
La corona se basa en el diseño de la cápsula de cohete espacial, e incluso el caucho utilizado para recubrirla asemeja el perfil distintivo del neumático de un rover marciano.
Se presenta con la conocida correa de caucho perforada y cierre desplegable realizado en titanio. Es una edición limitada a 30 piezas con un precio de unos 969.000 dólares
Fotos: Richard Mille